Temperaturas ambientales favorables para la propagación de bacterias, abundancia de alimentos frescos y crudos y condiciones que dificultan una manipulación segura de los alimentos son la ecuación perfecta para una intoxicación de verano…
Los alimentos, especialmente cuando están crudos , deben mantenerse en lo posible fuera de la llamada "Zona de Peligro", como se conoce el rango de temperatura entre los 5° y 60° C. "A estas temperaturas las bacterias se multiplican a niveles capaces de causar infecciones digestivas", señala Luis Olguín, académico de UDLA y experto en calidad alimentaria...