Ocuparía excesivo espacio en detallar sus andanzas, respetado maestro de gran parte de los buenos cocineros nacionales. Él las narra con absoluta simpatía y su audiencia puede quedarse horas fascinada con su bien condimentado verbo, que va de la emoción al humor, de la ironía a la cordialidad, que está entre las virtudes ancestrales de esta tierra. Estas son algunas de las palabras con la que el cronista gastronómico, Rodolfo Gambetti, se refiere al libro del chef nacional Joel Solorza:"Gastronomía y Academia".